losebollitas: El nombre de la rosa: Tener rapao la coronilla no te hace santo

“Que pacífica sería la vida sin amor, Adso. Que segura. Que tranquila… Y que aburrida.” William de Baskerville.

Con esta frase que le dice el personaje que interpreta Sean Connery a Christian Slater, después de que el chavalito de tirarse a una pobre siendo monje, comenzamos la crítica sebollita de la película El nombre de la rosa.

Pa quien no lo sepa, la película es una adaptación del libro El nombe de la rosa, de Umberto Eco (eco, eco, eco …). Casi 800 páginas tiene el libro, échale huevos, pongan más corazón.

Ola k ase!!!

La historia transcurre a principios del siglo XIV (Entre el 1301-1400 para los de la ESO). En una bonita mañana de invierno, James Bond, que después de que le echaran del Servicio Secreto del Reino Unido se convierte en monje franciscano, y su pupilo, (añadir un personaje que haya interpretado Christian Slater en alguna otra película, porque yo no recuerdo ninguna, y tú, querido lector, me apuesto una jarra de fuego a que tampoco), van a una abadía a emprender la difícil tarea de encargar al jefe (o abad, si quieres ser culto con tus colegas del barrio) que sea el mediador entre los franciscanos, que están con el emperador, y los obispos porque bla, bla, bla … Todo esto te lo dice el libro, porque en la peli pasan del tema, solo te lo mencionan y más o menos pillas algo (que no). Si quieres historia y sabes latín, te lees el libro (como hice yo, cabesa) y pa casa.

Total, que cuando llegan ya ha palmado un monje. La cosa es que el nota de Baskerville (si, de donde era el sabueso de Sherlock Holmes. Ya contaremos en otra ocasión como se conocieron) empieza a investigar el asunto con su pupilo. Entre una cosa y otra, descubren que todas las muertes tienen relación con un libro. Atento al ciego ha como se cimbrea. No cuento más, que sino al final no ves película y pa algo has pagado internet, para bajártela.

Adivina quién es el putaso

Pues bueno, el nota del casting, no sé cómo, ha empezado a coger a todos los feos y gordos del barrio y los ha puesto a hacer de monje (con jorobado de Notre Dame incluído). El Connery este, se ha puesto una manta más grande de lo habitual para tapar la talega de comer molletes de la abadía (eso si, el nota es un crack con sus ironías franciscanas de la época, ahí, lo ha clavado) y Slater que se calle, que es el único que moja. Con una mujer.

La fotografía muy bien, la ambientación der carajo, sonido de la época. Vamos una señora película. Como nota, aparece como inquisidor F. Murray Abraham, que pa quien no lo sepa es Salieri en la master piece Amadeus. Para los emeinómanos, es el colombiano que intenta cagar a Tony Montana en Scarface. Flipante las películas que hizo el colega en los, tan temidos, cinematográficamente, años 80.